(De la vacuna). Porcentaje de
reducción de la enfermedad en un grupo de personas vacunadas en
comparación con un grupo de personas no vacunadas, utilizando las
condiciones óptimas o más favorables. Las vacunas se pueden usar
en forma rutinaria incluso cuando su eficacia no es del 100%, ya
que la protección habilitada por su uso puede ayudar a reducir o
frenar nuevas infecciones.