El control de una enfermedad
puede llevar a su eliminación, lo que significa que dicha
enfermedad está lo suficientemente controlada para evitar que
ocurra una epidemia en una zona geográfica definida. La
eliminación significa que la enfermedad ya no se considera un
problema importante de salud pública (no existen casos nuevos de
la enfermedad). Sin embargo, las medidas de intervención
(vigilancia y control) deben continuar para evitar su
reaparición.